Lo primero que vamos a hacer para iniciar este articulo, es definir el título de este: “CAMBIO”.

Si buscamos el termino “cambio” en el diccionario de la Real Academia Española queda definido como “acción y efecto de cambiar”. Si no terminamos de comprender el concepto y quisiéramos ampliar, podemos buscar “cambiar”, cuya definición será más precisa y entenderemos el fin de este articulo. La definición de “cambiar” es: “dejar una cosa o situación para tomar otra. Cambiar de nombre, lugar, destino, oficio, vestido, opinión, gusto, costumbre”.

Este articulo versará sobre el cambio, por qué se decide cambiar, que lo empuja, efecto de tal cambio y como afrontarlo de la mejor manera posible.

¿Por qué tenemos miedo al cambio?

Desde la infancia hasta la adultez temprana el cambio es necesario para nuestro desarrollo biológico e incluso para alcanzar nuestra madurez psíquica y física. En estas etapas los cambios están bien vistos y se perciben realmente necesarios para nuestra evolución favorable, por ello el cambiar no está quizás tan estigmatizado a veces o no nos da tanto miedo el cambio, porque se percibe como algo normal de nuestro proceso de desarrollo.

Si pensamos en nuestra primera época, cuando nacemos, cuando somos bebés, quizás sea el periodo de mayor cambio físico experimentado tanto por el crecimiento físico como los múltiples cambios que se producen para empezar a andar, hablar, interaccionar, etc.

Estos cambios se siguen sucediendo, y en la adolescencia se produce una vorágine más de cambios (físicos, personales, sociales, …) que generan muchos conflictos adolescentes y que hacen pensar que la adolescencia es una periodo tormentoso y difícil tanto para los adolescentes como para los padres de esas personas. Pero, ¿realmente es un periodo tormentoso por los múltiples cambios o por como el ser humano percibe y esta preparado para afrontar todos esos cambios? Siendo verdad que la adolescencia puede ser difícil, no es cierto que todos los adolescentes sean difíciles y que todos los padres lo pasen mal en ese periodo, depende de la capacidad de cada persona para enfrentarse a esos cambios, de lo preparados que están y del “apego” que se tenía a como se considera que antes era mucho mejor, cuando se era mas pequeño, al final más controlable, más dependiente (no somos los responsables) y donde se permiten más los errores.

Conforme crecemos los errores empiezan a estar mal vistos y nos educan para no equivocarnos y tener una vida estable, esto es lo que nos dicen siempre: “a ver si tienes una pareja estable”, “a ver si tienes un trabajo estable”, “las amistades son para toda la vida”, “te tienes que establecer en un lugar”, etc. Todas estas frases, estos comentarios, que parecen frases banales, son espadas que se nos clavan y que vamos creciendo bajo esa presión, por ello cuando en nuestra adultez o en cualquier etapa de nuestra vida aparecen cambios fortuitos o queremos un cambio tenemos tantas dudas, miedos e incertidumbre para afrontarlo o decidirnos ante esa circunstancia.

Incluso si profundizamos más en el concepto de cambio y cómo se percibe en las diferentes etapas de nuestra vida, los cambios hasta la adultez temprana son vistos como positivos (de crecimiento) pero conforme cumplimos años están vistos como negativos, son cambios relacionados con la degeneración, deja de prestarse atención a todos los cambios positivos, logros y las adquisiciones que vamos haciendo conforme cumplimos años. Si pensamos en la vejez, sus cambios están vistos como negativos y se percibe una etapa completa de pérdidas, sin embargo, la vejez saludable no se caracteriza por pérdidas (realmente solo hay un pequeño porcentaje de pérdidas) sino que como cualquier otra etapa incluye tanto pérdidas como ganancias.

Detectar el momento de cambiar

Hasta aquí se explica por que quizás tenemos tanto miedo al CAMBIO, a cambiar de trabajo, de localización, de pareja, ampliar circulo de amistades, etc. Pero a veces ese cambio viene impuesto, nos despiden del trabajo, nuestra pareja ya no esta enamorada de nosotros y nos deja, nuestros amigos de se van distanciando, me tengo que mudar a otro lugar por causas mayores, etc. Y otras veces nosotros necesitamos ese cambio e igualmente nos da mucho miedo y nos genera mucha incertidumbre, pero si no estamos enamorados de nuestra pareja, si el trabajo ya no nos llena, si necesitamos otros ambientes de amistades para otros hobbies que tenemos o si necesitamos irnos a otra ciudad para buscar oportunidades; tenemos que decidirnos y tenemos que intentarlo, ya que probablemente no somos felices y solo estamos retrasando esa decisión a otro “momento mejor”, pero sabemos que realmente ese “mejor momento” no llegará nunca.

Algunas pistas para saber que es el “momento de cambio” pueden ser realizarnos algunas de estas preguntas: ¿soy feliz si no cambio esto?, ¿me he preguntado este cambio en varias ocasiones?, ¿qué me esta limitando el cambio?, ¿quién me esta limitando el cambio?, ¿cuál es el miedo que tengo ante este cambio?, ¿por qué me estoy resistiendo a ese cambio?, ¿qué es lo peor que podría pasar si realizo este cambio?, ¿qué podría obtener si me decido al cambio?

Todas esas preguntas nos pueden aclarar mucho nuestra situación, ya que no solo nos dejamos llevar por la sensación interna que tenemos de miedo, incertidumbre, etc., o por lo que opinen los demás, sino que analizamos mas profundamente todo y vemos los motivos de forma más realista para no estar tomando ese cambio que necesitamos.

En el párrafo anterior se menciona, el dejarnos llevar por la opinión de los demás, y esto es muy importante. La opinión de otros, sobre todo de nuestros seres queridos y más cercanos es muy significativa, ya que “necesitamos” ser aceptados por quienes nos rodean, es algo que nos da equilibrio mental, pero no podemos obviar que cada persona es diferente, cada persona tiene unas expectativas, cada persona tiene unas necesidades, cada persona tiene unas vivencias distintas, etc. Por lo que es importante escuchar algunas opiniones, pero tener claro que son “sus opiniones” y que esas personas nos deben de apoyar y querer igual sea cual sea la decisión que nosotros tomemos.

Conclusiones

Si este articulo te ha podido ayudar a aclarar algunas ideas, habrá tenido su efecto, pero si sigues con mil dudas y necesitas que alguien profesional te ayude a organizar esas ideas y finalmente poder tomar tú decisión, puedes optar por acudir a terapia psicológica y esto te ayudará para esta decisión que tienes que tomar y para otras decisiones futuras.

Para finalizar, recuerda una frase que nos dijeron y estudiamos desde muy pequeños: “la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma”. Este es el principio de conservación de masa o ley de Lavoisier, el cual vuelve a dejarnos ver, que la naturaleza se rige por los CAMBIOS y nosotros somos parte de ella.

Soy Mª Teresa Fernández Caro, licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla y estoy certificada como Psicóloga Sanitaria. Llevo más de 12 años ejerciendo como psicóloga y he tratado a cientos de pacientes en este tiempo con múltiples patologías, por lo que tengo una experiencia amplia y gran capacidad de conexión con los pacientes. Mi objetivo es ayudar a los pacientes en la resolución de sus conflictos o mejorar la situación en la que se encuentran, sabiendo afrontar y gestionar los problemas acontecidos de una forma más óptima, creando para ello un ambiente cómodo y seguro, donde trabajaremos para lograr el objetivo juntos.

Visit Website

Write a comment